DEPORTES
Viral y mundial: la historia del argentino que domina el freestyle fútbol
¿Qué hay detrás de cada giro, cada malabar y cada meta alcanzada por este campeón? Acompañanos a conocer el increíble viaje de Igna.

Igna en acción, demuestra que cada truco es un paso más hacia su sueño mundialista [Imagen], por Instagram/ @ignachav.
José Ignacio Chávez con solo 22 años, se prepara para representar a Argentina en el Mundial de Freestyle Fútbol. El misionero es un prodigio con el balón, con una visión clara de su disciplina. Desde sus inicios, marcados por un video de YouTube, hasta el presente, donde las redes sociales son una extensión de su cancha, encarna la perseverancia que exige este deporte.
El eco viral de Praga
La primera vez que Igna vio su video de Praga hacerse viral, experimentó una sensación sin igual. "Sentí mucha alegría. Hacía mucho tiempo que no tenía un video viral como ese", confiesa. El último, que también superó el millón de visualizaciones, fue en 2021. Para un freestyler, el reconocimiento en plataformas digitales es un motor. "Fue excelente para un nuevo subidón de seguidores, algo que aparece cada tanto", explica. Aquel momento en las calles de Praga, donde cautivó a la gente con sus trucos, fue una mezcla de planificación y espontaneidad. "Al estar esos días sin competir, andábamos paseando y teníamos tiempo libre. Aprovechábamos esos momentos para hacer shows espontáneos en la calle", recuerda, mostrando cómo la práctica se integra en su vida.
Freestyle fútbol a la gorra, el último video que lo hizo viral en redes sociales [Video], por Instagram/ @ignachav.
La repercusión del video trajo consigo sorpresas gratas. "Gracias a ese video, conseguí dos contactos muy importantes que me marcaron profundamente", revela. Uno de ellos es Rodrigo, quien se ofreció como su sponsor para el próximo Mundial, un apoyo crucial para un deportista de su calibre. La otra, una compatriota misionera residente en París, lo invitó a alojarse en su hotel durante su gira europea. "Como ya tenía planeado conocer otros países del continente, esta invitación a París me vino de diez", afirma, destacando el impacto de la visibilidad en su carrera.
Para Igna, las redes son un escaparate, pero principalmente una herramienta fundamental. "El reconocimiento en redes sociales es absolutamente vital, diría que bastante importante", enfatiza. Su objetivo es claro: "Sirve para transmitir que el freestyle es un deporte". A menudo, se encuentra con la confusión del público. "Mucha gente lo ve y no sabe que es una disciplina, sino que piensa que solo hacemos trucos y listo", señala. Por ello, considera esencial "usar las redes sociales para mostrar nuestras competencias, nuestro entrenamiento y demostrar que es un deporte profesional". De esta forma, espera que "más personas se animen a empezar a practicarlo".
Un deporte que crece
El Freestyle Fútbol, también conocido como fútbol de estilo libre, se define como el arte de realizar trucos creativos y acrobáticos con un balón, con cualquier parte del cuerpo, excepto los codos. No se limita a un campo de juego tradicional, se centra en la habilidad individual, la creatividad y el control absoluto del esférico.
Los freestylers combinan malabares, movimientos de baile y acrobacias, creando un espectáculo visual y deportivo. Si bien sus orígenes se remontan a antiguos juegos del sudeste asiático y a las exhibiciones de artistas de circo del siglo XIX, su popularización global, impulsada por campañas de marketing y la difusión de videos en Internet, ocurrió a partir de los 2000.
Muchos atribuyen un impulso fundamental a las habilidades de Diego Maradona en sus calentamientos, quien, aunque no fuera un freestyler en sí, demostraba un control excepcional que inspiró a muchos pioneros.
Referentes, sueños de viaje y un mensaje a su yo del pasado
En el universo del freestyle, tiene un faro. "Mi máximo ídolo es Boi Cortis, de Colombia", comparte. Fuera de la cancha, sus referentes son más cercanos: "Mis profesores de gimnasia, mis amigos y también Rodri, un freestyler de acá". En su filosofía está presente siempre aprender de todos: "Siempre intento absorber el conocimiento de las personas que me rodean, tanto freestylers como personas en general".
Aunque no persigue el freestyle callejero como un fin en sí mismo, sus viajes están intrínsecamente ligados a la competencia. "Mis viajes están más ligados a las competencias", aclara. Si logra clasificar en el Mundial Sudamericano, se abrirán puertas a eventos globales. "Hay un Mundial que es rotatorio y se mueve de continente en continente. En ese sentido, me gustaría muchísimo conocer Asia", confiesa, con un interés particular en Tokio, una ciudad que, según sus palabras, "llama muchísimo la atención, ya que hay muchos freestylers allí".
Si pudiera viajar en el tiempo y hablar con su "yo" de niño, ese que empezaba a hacer "jueguitos" en la vereda, su mensaje sería claro y contundente: "Le diría que continúe, que no lo deje por nada del mundo". Con la sabiduría de la experiencia, sabe que su pasión lo habría impulsado de todas formas. "Sinceramente, sé que no lo hubiera hecho; por eso estoy acá hoy", reflexiona. Desde muy joven, vislumbró su futuro. "Creía que todo esto, el poder conocer el mundo a través del freestyle, iba a ser posible", recuerda. Su vida es la materialización de un anhelo: "Siempre trabajé para eso, siempre fue mi más grande sueño, y el año pasado pude cumplirlo al competir en el Mundial".
Los cimientos de un campeón
El inicio de su idilio con el freestyle se gestó en un video de YouTube. "Yo ya hacía 'jueguitos' con la pelota, pero no trucos elaborados", relata. Fue al ver la disciplina que "lo que me atrapó fue ese control, ese dominio absoluto que se tiene sobre la pelota y los trucos de fútbol". Con una base ya establecida, el progreso fue rápido. "Me fue muy bien; en pocos días logré sacar varios trucos, y a partir de ahí, fue una continuidad que se extendió durante nueve años de práctica constante".
Las múltiples distinciones obtenidas en su participación en Bata Freestyle [Imagen], por Instagram/ @ignachav.
El camino no estuvo exento de desafíos. "Lo más difícil, sin duda, fue la técnica", confiesa. "Hay trucos que son extremadamente técnicos y requieren muchísima precisión y dedicación". Sin embargo, la constancia nunca fue un obstáculo. "Si hacés algo que amás, eso lo hacés de forma automática, casi sin pensarlo", explica. Su entrenamiento diario es la prueba: "Yo ahora entreno muchísimo, pero no lo veo como una carga, sino que simplemente lo hago porque el cuerpo me lo pide y lo disfruto plenamente". Y la vergüenza, un sentimiento común en las apariciones públicas, le es ajena. "Nunca la tuve. Es más, me encanta mostrar el freestyle porque es un talento y me gusta promoverlo como deporte para que la gente lo conozca y se anime a practicarlo", subraya.
El primer hito técnico que recuerda haber dominado fue la vuelta al mundo. "El primer truco de todos, si la memoria no me falla, fue la vuelta al mundo. Y también, puede ser la triple vuelta al mundo", afirma. Pero el que realmente lo marcó fue el segundo: "Lo que más recuerdo, y lo que me generó una sensación de logro inmensa, fue el momento en que dominé la triple vuelta al mundo".
Tiene una rutina de entrenamiento que es un reflejo de su compromiso. "Voy al complejo polideportivo casi todos los días por la noche", detalla. Las condiciones climáticas en Misiones son un factor a considerar. "En Misiones, hace demasiado calor por la tarde, y además el polideportivo suele estar ocupado", explica. Por ello, opta por el horario nocturno: "Suelo entrenar de noche, unas dos o tres horas. Mi rutina de todos los días es ir al complejo a las siete y volver a las nueve o diez, o ir a las ocho y volver a las once". Esas horas de práctica son innegociables.
Panorama latino
En América Latina, la escena del Freestyle Fútbol crece con talentos que brillan a nivel mundial. Exponentes como el argentino Charly Iacono, el colombiano Boyka Ortiz o la venezolana Laura Biondo son nombres reconocidos que dejan una marca en la disciplina. La región fue testigo del surgimiento de ligas y eventos que, aunque a veces enfrentan desafíos de reconocimiento oficial, son impulsados por la pasión y el talento de sus practicantes.
"La escena del freestyle football en Argentina está mejor que hace unos años", observa. El pico histórico fue en 2019, con casi cien freestylers y numerosos torneos. La pandemia, como en tantos ámbitos, impactó negativamente. "Después de la pandemia, obviamente, eso decayó un poco. Pero ahora se está recuperando", asegura. La reactivación de una liga mensual es una señal positiva. "Está volviendo a usarse una liga que se hacía hace muchos años, que es mes a mes, lo que permite que los freestylers volvamos a competir con constancia, porque el año pasado no hubo torneo nacional", explica. Para un crecimiento sostenido, la clave es el apoyo. "Creo que lo que le falta para crecer más es el apoyo de marcas, sí, más que nada, un apoyo de marcas que ayuden a hacer eventos aún más grandes y que puedan invitar a más gente, dándole mayor visibilidad a nuestra disciplina y a nuestra práctica".
Desde su Misiones natal, Igna tira magia con la pelota y lo comparte en las redes sociales [Imagen], por Instagram/ @ignachav.
Si tuviera que encapsular el freestyle en una sola palabra, no duda: "Perseverancia". Su elección está profundamente arraigada en la exigencia de la disciplina. "Sinceramente, no conozco otro deporte que te exija tanta demanda", confiesa. Si bien no busca desmerecer otras actividades, para él, el freestyle "está a la par de aquellos que te exigen tanto tacto fino y tanta demanda de tiempo en la práctica".
La consecuencia de la inconstancia es inmediata: "Si pasás una semana sin entrenar, podés llegar a perder varios trucos que dominabas". A esto se suma el manejo de la frustración. "Está la frustración de intentar cosas que no te salen, entonces tenés que saber cómo manejar esa emoción. Y saber cómo manejar esa constancia para seguir adelante a pesar de los desafíos", concluyó.